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JULIACA EN LA CULTURA QALUYO
La primera cultura del departamento de Puno y de la cuenca del Titicaca, la cultura Qaluyo, descubierta en 1949 por el arqueólogo puneño Manuel Chávez Ballón, fue una sociedad jerarquizada, agrícola, alfarera, ritual y con arquitectura corporativa. Tuvo un empoderamiento de nueve siglos, de 1400 a 500 a. C.
De esta cultura es relevante: a) La instauración de construcciones con espacios públicos (plazas hundidas); b) La mejora de la agricultura con camellones y qochas; c) El desarrollo del comercio y de la actividad pecuaria; d) El inicio de la cerámica y los estilos iconográficos; e) El comienzo de una producción artesanal especializada (alfarería, litoescultura, textilería y metalurgia); f) La formación de los primeros pueblos; g) La realización de las festividades y ceremonias en recintos públicos; h) El desarrollo de la lengua puquina; i) La implementación y difusión de la tradición Yaya–Mama.
LA INFLUENCIA QALUYO
Se han encontrado ocupaciones Qaluyo en las provincias de Lampa, Melgar, Azángaro, Huancané, San Antonio de Putina, Carabaya, San Román, Puno y Chucuito; inclusive en el valle del Vilcanota. En Juliaca hubo varias aldeas Qaluyo, se han identificado a las de Q'omer Moq'o, Maravillas, Tariachi, Unocolla, Kunkapata y la del cerro Waynarroque.
Lo relevante de la cultura Qaluyo en tierra calcetera fue el desarrollo de la arquitectura, la textilería, la religión, las festividades, la lengua puquina y sobre todo de la agricultura, con la utilización de los campos elevados y las qochas en la amplia planicie juliaqueña.
Q'OMER MOQ'O
Los restos de esta aldea ubicada en Taparachi, resultaron estudiados por Leopoldo Osco Mamani y Lucio Quispe La Fuente. Para el arqueólogo Óscar Ayca Gallegos “Se trata de una aldea de pequeñas proporciones que ocuparon un área de 8,000 metros cuadrados. Era habitada por gente aferrada a una estructura comunitaria. Quedan como evidencias de este asentamiento, restos estratificados que sobrepasan los tres metros de altura, conteniendo instrumentos de labranza, del arte textil, restos de alimentos (llama, alpaca, carachi) y cerámica fragmentada”. Hace un siglo y medio persistían dos estancias asociadas a este emblemático sitio; en un documento del 1 de setiembre de 1864 se aludía a la “Estancia Ccomer Mocco” y en otro del 7 de mayo de 1868 a “la estancia Uchuy Ccomermocco”.
MARAVILLAS
Este sitio se encuentra a kilómetro y medio del puente del mismo nombre, en dirección noroeste, en proximidades de la cuenca de la laguna de Chacas. En un estudio del 2005, del arqueólogo norteamericano Charles Stanish y otros, se da cuenta de este sitio Qaluyo, en estos términos: “Detrás del montículo, al norte y al sur, hay terrazas domésticas del Formativo Medio”. Este importante asentamiento que cuenta con tres milenios y medio, fue descubierto por Elías Mujica en 1981.
UNOCOLLA
En Unocolla floreció una aldea Qaluyo con terrazas domésticas. En el estudio de Charles Stanish y otros, se indica que en ese lugar se han encontrado “muchos diagnósticos utilitarios del Formativo Medio […] El sitio cuenta con una serie de herramientas agrícolas […] se trata de un sitio muy grande de habitabilidad doméstica”.
LOS CAMPOS ELEVADOS
En la cuenca del Titicaca con los qaluyos empezó la agricultura intensiva, cuando crearon y utilizaron la tecnología de los campos elevados y de las qochas, ampliando la frontera agrícola y la productividad, también el desarrollo genético. En opinión de Óscar Ayca Gallegos: “Todo parece señalar que durante esta época [el de la cultura Qaluyo] se comenzaron a construir los waru waru o camellones en las pampas de Juliaca”. A decir de Clark Erickson: “El sistema de camellones tiene una larga evolución, empezó algo antes de 1000 a.C.”, con esta original y extraordinaria tecnología agrícola se contrarrestaba los efectos dañinos de las heladas, las abundantes lluvias, la escasez de lluvias y la falta de fertilizantes. En Juliaca la mayor parte de su planicie estuvo cubierta de camellones, porque formaba parte del área nuclear de los waru waru.
LAS QOCHAS
Son estanques de agua o lagunas artificiales acondicionadas a la planicie y alimentadas por las lluvias; cumplen dos funciones: sirven para el almacenamiento de agua y como espacio para cultivos. En cuanto a sus inicios, la mayoría de quienes trataron consideran que data del Formativo Medio, de las centurias de la cultura Qaluyo. En las pampas juliaqueñas de Mucra y Chingora quedan evidencias de varias qochas.
LA TEXTILERÍA
En las aldeas de Juliaca se cumplieron con las especializaciones artesanales, de estas la textilería cobró importancia y se convirtió en una de las principales, su desarrollo es obra de los agricultores, pastores y sobre todo de los pescadores. El arqueólogo Óscar Ayca Gallegos de sus hallazgos en Juliaca escribía: “el registro arqueológico indica que estos hombres hilaban y tejían con lana de camélidos. Las únicas pruebas son las ruecas de arcilla que servían de contrapeso al huso o puska que eran utilizados para el hilado; asimismo aparecen agujas y wichuñas de hueso que permitían unir la trama con la urdimbre en tejidos a mano que se hacían en telares”.
LA TRADICIÓN DEL YAYA-MAMA
Consistía en la realización de actos rituales de adoración e invocación, haciendo uso de huancas o estelas de doble representación (varón-mujer) y cerámica con motivos naturales y sobrenaturales, como de losas de piedra en templos hundidos. La Tradición del Yaya-Mama (Padre-Madre) que apeló a recintos, litoesculturas, cerámica e iconografía peculiares, logró integrar religiosa e ideológicamente a las culturas de la cuenca del Titicaca de ese tiempo. Con esta tradición pionera y unificadora de los qaluyos, se instauraron varios principios andinos, como el de la paridad, la complementaridad y la reciprocidad.
LA LITOESCULTURA
Los pobladores de la cultura Qaluyo desarrollaron las esculturas de piedra, particularmente los monolitos que se colocaban en las plazas hundidas para cumplir con la tradición religiosa del Yaya–Mama. Asimismo, los qaluyos transformaron a la rudimentaria huanca en hermosas estelas o monolitos. Quienes labraron con mayor destreza fueron los qaluyos de Taraco. En tierra juliaqueña quedan algunas estelas, persiste una de ellas plantada en el sitio de Tariachi, esta litoescultura simboliza la transformación de la huanca a la estela.
LAS DANZAS
En este período se dieron forma a algunas expresiones coreográficas, de estas hasta el siglo pasado quedó una danza que rememoraba la tradición religiosa del Yaya-Mama, nos referimos a Tatala Payala. La denominación de esta ancestral manifestación dancística con el paso del tiempo varió, pero su significado de paridad, complementaridad y reciprocidad no cambió. Esta danza juliaqueña, que se ha extinguido en el siglo XX, para Leonidas Cuentas Gamarra es propia de la provincia de San Román.
Veamos un mapa, con la distribución de las áreas de los campos elevados en la cuenca del Titicaca. Elaborado por Matthew S. Bandy en el 2005 (Elizabeth A. Klarich). En este mapa apreciamos que buena parte del territorio juliaqueño estuvo en el área nuclear de los campos elevados.
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